Cámara federal aprueba proyecto de status de Puerto Rico

La Cámara de Representes de Estados Unidos aprobó hoy el proyecto 8393 o el Puerto Rico Status Act que propone la celebración de un plebiscito entre las opciones de la estadidad, la soberanía en libre asociación y la independencia, que será vinculante para el gobierno federal.

La medida quedó aprobada con 233 votos a favor y 191 en contra. Pese a los turnos en contra de su aprobación, 16 republicanos refrendaron el proyecto, que ahora pasa al Senado.

El referéndum propuesto se realizaría el 5 de noviembre de 2023. Si ninguna de las tres opciones logra una mayoría, se celebraría una segunda consulta el 3 de marzo de 2024, que incluirá las dos opciones que más votos recibieron en la primera vuelta.

Esta es la primera vez que una medida congresional excluye el status territorial actual o el Estado Libre Asociado como alternativa en una consulta.

Al defender la legislación, la congresista puertorriqueña Nydia Velázquez afirmó que el colonialismo había destruido la economía de Puerto Rico y divido el país.

“El colonialismo ha carcomido el sentido de dignidad y autoestima de nuestra gente. El colonialismo ha hecho que el pueblo de Puerto Rico dependa tanto psicológica como económicamente de los Estados Unidos”, afirmó desde el hemiciclo de la Cámara de Representantes.

Afirmó que el colonialismo no era solo una humillación para Puerto sino que constituía un bochorno para los Estados Unidos.

“Hoy es un día histórico. Aunque Puerto Rico no es la única colonia de los Estados Unidos, es su posesión más vieja. Hoy por primera vez en la historia de nuestra nación, los Estados Unidos reconocerá su papel como una fuerza colonizadora y el status de Puerto Rico como una colonia extendida”, apuntó la también congresista puertorriqueña Alexandria Ocasio Cortez.

Reconoció que la medida no era perfecta, pero que era el inicio de un proceso que permitiría a los puertorriqueños y puertorriqueñas decidir su propio futuro.

“Este proyecto excluye el insostenible status colonial y clarifica el derecho a la ciudadanía por nacimiento y la transmisión de la ciudadanía en las diversas opciones y proporciona 10 años de financiación compensatoria en caso de la libre asociación”, apuntaló.

Como parte de las imperfecciones de la medida, Ocasio Cortez admitió que no contenía reparaciones, ni atendía el polémico contrato de LUMA Energy, la Ley federal PROMESA, que impuso la Junta de Control Fiscal, ni la Ley 22 de inversionistas residentes, pero se expresó confiaba en que esos asuntos se atenderían en alianza con los diversos sectores de Puerto Rico.

Terminó su alocución diciendo: “yo sí soy boricua pa’ que tú lo sepas”.

Del ala republicana, solo la comisionada residente, Jenniffer González Colón abogó por la aprobación de la medida.

“Hoy es un día histórico para Puerto Rico e irónicamente es un ejemplo perfecto de la situación colonial de la Isla. Soy la única voz de Puerto Rico en el Congreso. Represento a 3.2 millones de ciudadanos americanos y más constituyentes que las personas que están en este recinto”, afirmó.

“Sin embargo, mientras consideramos una pieza legislativa que ayudé a escribir y que afectará la vida de cada ciudadano que represento, dependo de otros porque no puedo votar”, agregó.

En su turno, también argumentó que el status colonial de Puerto Rico era parte del problema y por eso no podía ser una opción en la consulta.

El republicano de California, Tom McClintock, lanzó los dardos más duros y que dejaron ver los prejuicios hacia Puerto Rico. Cuestionó que el plebiscito propuesto no tomara en cuenta a las personas que favorecen el actual status y que la aprobación rápida de la medida privaba a los ciudadanos americanos de una discusión amplia, de una propuesta que afectaría sus condiciones de vida.

Por ejemplo, mencionó que otros estados perderían escaños para “acomodar la delegación de cuatro congresistas de Puerto Rico”. Destacó también que solo el 20% de los puertorriqueños hablaba inglés con fluidez, “lo que significa que vamos a admitir un estado con una vasta mayoría de las personas aisladas y sin poder participar en el debate político que es esencial a nuestra democracia”.

“La estadidad no va a resolver el problema económico de Puerto Rico”, apuntaló McClintock.

“No existe un estimado de cuánto costará a Estados Unidos admitir a un gobierno crónicamente mal administrado y en bancarrota”, añadió.

No acabó ahí.

Habló con desdén de los niveles de escolaridad y pobreza en el archipiélago.

“¿Cómo le beneficia a Estados Unidos admitir un estado que sería el más endeudado, inculto, pobre y con el mayor desempleo de la nación?”, argumentó.

El gobernador Pedro Pierluisi Urrutia viajó a Washington para estar presente durante la votación.

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