El caso del niño presuntamente asesinado por su padre en Aguas Buenas

El Departamento de la Familia defendió anoche sus acciones en el caso del niño de ocho años presuntamente asesinado por su padre en Aguas Buenas, aunque fueron las decisiones de la agencia las que pusieron a Jeiden Elier Santiago Figueroa en las manos del hombre que, según la Policía, terminó matándolo.

Mientras, Glenda Gerena, jefa de la Administración de Familias y Niños (Adfan), la dependencia  a cargo del programa de protección de menores, recordó que más de un mes antes de la muerte del menor, ya un trabajador social había determinado que el niño debía volver con su madre, Saraí Figueroa Centeno. La funcionaria dijo que en principio la agencia decidió permitirle a Santiago Cortés que se quedara con el niño porque no había ninguna querella previa en su contra y vecinos y otros familiares dieron opiniones positivas sobre él. No se permitió a la madre hacerse cargo del menor porque, según Gerena, Jeiden vivía con los abuelos, que fue donde presuntamente ocurrió el abuso sexual, y solo pernoctaba con la madre, que vive en una casa aparte, los fines de semana.La orden de protección en contra de la madre, que no está involucrada de ninguna manera en la denuncia de abuso sexual, la emitió en principio la jueza Yaritza Santiago San Antonio el 10 de junio. Fue extendida por la jueza Ingrid Alvarado Rodríguez el 22 de junio. El 2 de julio, un trabajador social de Adfan dijo en sala que recomendaba que el menor volviera con la madre.

Pero la jueza Alvarado Rodríguez pidió que se lo pusiera por escrito y los citó para el 30 de julio, casi un mes después. El 30 de julio, el informe escrito todavía no estaba. La jueza Ingrid Caro Kobb, que vio el caso ese día, volvió a citar para el lunes 9 de agosto.

Cuando la madre y otros familiares del niño, esperaban al niño en el Tribunal de Caguas ese lunes 9 de agosto, lo que llegó fue la noticia de que había muerto. Se alega que el lunes por la mañana, Santiago Cortés fue a donde se bañaba Jeiden, le preguntó por una tableta y como este no pudo responderle, le golpeó con tal violencia que lo dejó convulsando. Cuando llegó al hospital ya el niño había muerto.

El Nuevo Día

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