Epidemiólogo retirado de la CDC advierte Salud no tiene indicadores necesarios para saber cuándo ordenar un “lockdown”

Con un cierre parcial los domingos y una advertencia de la gobernadora Wanda Vázquez de que el próximo paso será un cierre o “lockdown” total, vale la pena evaluar cuáles son los indicadores que utiliza el Gobierno para tomar estas decisiones.

José Becerra, epidemiólogo retirado del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recordó que los cierres se hacen para prevenir el colapso del sistema hospitalario pero el Gobierno no tiene estadísticas confiables para determinar cuándo se debe hacer un “lockdown” total.

Becerra explicó que el actual informe diario de prevalencia de casos COVID-19 hospitalizados que mezcla sospechas diagnósticas con casos confirmados, resulta deficiente para hacer proyecciones fiables.

Además, urgió al Gobierno a recopilar estadísticas diarias, por región de salud, de las visitas a salas de emergencia, las admisiones (ingresos) y las altas (egresos), clasificadas por certidumbre diagnóstica (sospecha vs. caso confirmado).

En concreto y de urgencia, las deficiencias actuales se pueden resumir:

Bioportal: carece de informes, regulares y frecuentes, de calidad y prontitud de los datos desde los laboratorios. Aquí reside la causa fundamental del “berenjenal” que se percibe en la opinión publica. No existen controles para alertar de antemano cuando existe un rezago anormal en la transmisión electrónica de resultados desde los laboratorios. Esto resulta en un “montón inesperado” de reportes de casos que confunde a la opinión pública sobre la realidad de la curva epidémica.   

Rastreo de contactos: se carece de parámetros y metas para medir la efectividad del programa y estimar su robustez a nivel de toda la isla, así como para comparar su capacidad con la necesidad. No es suficiente decir que se aumentan recursos; hay que analizar la necesidad y contrastarla con la capacidad.  Son necesarios informes diarios de brotes activos y de la situación de los aeropuertos.

Sistema sanitario:  A nivel ambulatorio (atención primaria) y a nivel hospitalario:

1. Censo de médicos especialistas y generalistas, y del personal de enfermería y de terapia respiratoria, actualmente activos con capacidad de absorber el impacto de la pandemia (en adición a sus otras funciones).

2. Proyecciones de bajas (por COVID-19 y/o otras causas)

Capacidad hospitales (por completar):

1. Número de camas funcionales (no solo las licenciadas, sino las que se utilizan habitualmente) en planta que están disponibles por región de salud en un periodo no epidémico

2. Número de camas en UCI por región de salud que están disponibles en un periodo no epidémico

3. Área en planta para pacientes de COVID-19. ¿Cuántas, porcentaje de ocupación?

4. Área de UCI creada expreso para pacientes de COVID-19. ¿Cuántas, porcentaje de ocupación?

Agregó además que el Departamento de Salud necesita de una estructura operacional, no sólo en papel, para implementar un “Incident Management System” que integre las funciones, actualmente desarticuladas, de epidemiología e informática.

Advirtió que “la idolatría por la tecnología no permite discernir el valor de la depuración, que a veces requiere esfuerzo “manual” (inteligente) humano”.

“Quienes dirigen tales sistemas informáticos usualmente disfrutan de jugosos contratos que no corresponden a la calidad de los datos que producen, contratos que pudiesen ser repartidos en mayores recursos humanos para depurar los datos y mejorar la información que se desprenda de estos, convirtiéndola en conocimiento que permita decisiones sabias”, sentenció.

Más detalles: CEPUR

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