La falta de empleados a consecuencia de la pandemia obligó a la empresa puertorriqueña Kikuet a automatizar parte de la producción de sus famosas empanadillas, por lo que ahora el cierre de este producto, que se realizaba a mano y creaba una trenza, tuvo un cambio de apariencia. La pérdida de empleados provocó una reducción en la producción, a la vez que la demanda aumentó, por lo que no tuvieron otra opción que automatizar con máquinas el cierre de las empanadillas.