En el tope de la taquilla: “Si Blue Beetle estuviese en Puerto Rico lucharía contra más de un villano”

Angel Manuel Soto ya va por la entrevista número “yo no sé” en este miércoles de la semana de estreno de su nuevo bebé, Blue Beetle, la película más importante de su carrera hasta ahora, la que lo ha consolidado en Hollywood como un verdadero jugador, con el baqueo que las grandes empresas le dan a un blockbuster de verano.

“Yo diría que como cuatro horas de sueño al día llevamos esta semana”, subraya, defendiéndose con una humilde carcajada similar a las que suelta cuando se ababacha el personaje Jaime Reyes en la película Blue Beetle, y sin poder escapar del hecho que él, sin querer y de súbito, también se ha vuelto un súperheroe, pero para el séptimo arte en Borinquen.

“No hay que esperar a que nadie venga a salvarte. Si sabemos algo es que nadie nos va a salvar, y que nos salvamos nosotros. Lo hemos probado toda nuestra vida. Y Blue Beetle hasta cierto punto celebra esa realidad de que nosotros podemos salvarnos a nosotros mismos”, arguye, surfeando a la perfección toda ola de cliché que puede traer una película de superhéroes en un Tinseltown que se desenvuelve entre huelgas de actores y el ascenso interminable, contra viento y marea, del talento de las minorías del mundo.

Y en este caso, el enfoque es en la comunidad latina. Angel Manuel, que se forjó entre Caguas y Santurce, que trabajó en Wapa TV y también comió brea como chivero en los crews de filmaciones boricuas, que decidió irse a Los Ángeles tras dos amores, su compañera Kali y el cine, siente una responsabilidad ante el éxito que ahora lo arropa, algo que quizá es parte de la continua lucha por identidad que la raza puertorriqueña libra desde siempre, al flotar en ese gris territorial que se perpetua con la colonia y sus definiciones.

Además, la experiencia como documentalista durante la década pasada con la plataforma Ryot360, donde pudo documentar situaciones caribeñas en Puerto Rico, Cuba y Haití, cimentó el deseo de nunca dejar de palpar lo que sufren los que van debajo de la rueda, como sucede en Blue Beetle, con la familia de Jaime. De hecho, su largometraje La Granja, que refleja un multiverso de ficciones bajo un marco similar a lo que se vivió durante las políticas de “Mano Dura” de Pedro Rosselló, pudiese servir para entender cómo ya Soto venía buscando formas en el cine para acercarse a los temas de la opresión sistemática de los gobiernos a los menos pudientes, la marginalización de las comunidades pobres y el discrimen social. Soto también abordó de frente estos asuntos en la pieza Charm City Kings, basada en la historia real de un grupo de adolescentes motociclistas, sus peripecias y encuentros con las autoridades en los barrios negros y marginados del Baltimore de los noventa, donde también se escenificó el clásico sociopolítico de HBO, The Wire.

Pero con Blue Beetle es otra cosa. Soto debutó en el tope de la taquilla en Estados Unidos, sobre el mega blockbuster Barbie, que cayó al segundo puesto. Tras su premier el 18 de agosto en 3,871 teatros de Estados Unidos, Blue Beetle registró un total de ventas de $10,000,000, para desbancar a Barbie, que tuvo una jornada ese día de $6,200,000 y que ya compila $551,983,000, según el reporte de BoxOfficeMojo.com. La película de perritos satos, Strays, debutó en el tercer puesto con $3,430,000. Le siguió Oppenheimer en el cuarto lugar con $3,040,000 y Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem con $2,300,000. La película fue filmada en Puerto Rico, inyectando más de $20 millones a la economía local. 

Ante este éxito explosivo y estas cualidades que han marcado su carrera, el intercambio sobe lo sociocultural y lo político entonces es inevitable. ¿Carga Blue Beetle con la mancha de plátano de un pueblo que durante siglos esculpe su definición a través de la cultura ante la carencia de un estatus que defina su nación?  ¿Y qué del pueblo latino en general? ¿Y qué del cine puertorriqueño, que también libra su propia y particular lucha?

Tantas preguntas… Aquí vamos con algunas. Arriba puedes ver la entrevista completa:

Hermes Ayala Guzmán: La película refleja muchas de las cosas que viven los latinos a nivel mundial, incluyendo las escenas que la gente va a reconocer cuando las vea, también carga algo de lo que pasa en Puerto Rico, ¿o estoy mal?

Ángel Manuel Soto: Cien por ciento. La situación de lo que está sucediendo en Puerto Rico ahora mismo no es exclusiva de Puerto Rico, ahora mismo se puede ver como en Hawaii eso lleva pasando mucho tiempo, ahora con los fuegos es más evidente, igual como pasó en Puerto Rico después de María. No es por dar esa comparativa, pero sí para explicar que las situaciones de Puerto Rico son situaciones universales también, tanto como lo es la gentrificación, el desplazamiento del capital privado, son cosas que nos afectan desproporcionalmente a las minorías y a la comunidad latina. Quisimos que el mundo de Jaime Reyes y su familia existiera dentro de esta ciudad de fantasía, queríamos que los elemenos que atribulan a las comunidades marginadas fueran ancladas en un paralelismo con el que nos pudiéramos identificar todos.

HAG: La película marca un hito también para el cine puertoriquño porque fue una película que filmaste acá. Siempre hemos hablado de echar el cine puertorriqueño pa’ adelante, cuando uno ve los otros mercados latinoamericanos, los más cercanos que tenemos son Cuba y RD, vemos que aquí hay mucho trayecto por recorrer. Y ni mencionar a México, Argentina. ¿Cómo crees que el Estado ha manejado las ayudas o lo poquito que quizás haya para nuestro cine nacional, en comparación con otros países? Claro, la Comisión de cine – antes Corporación de Cine – siempre ha estado en el ojo público y ha tenido sus controversias, pero de alguna manera sale el cine de aquí, ¿no? Tu experiencia es muy variada, dime qué piensas.

AMS: Mi experiencia es bien variada, pero el hecho de que yo quizás haya tenido las oportunidades de crear películas con la Corporación de Cine no quiere decir que no hay espacio para mejorar grandemente. En este aspecto, La Granja, o incluso poder adjudicarnos esos créditos contributivos para traer a Blue Beetle a Puerto Rico, inyectar 20 millones a la economía y poder filmar en los barrios donde yo me crié, en el morro y usar el talento y el crew de puerto rico que para mí es el mejor del mundo, aún así creo que hay mucho espacio pa mejorar. Y no debes tomar por sentado las falacias que existen detrás tambien de: ¿ah pero porque hay que apoyar el cine? Hay que apoyar el cine porque hay mucho talento. A mí se me apoyo y se pudo traer esto. ¿Que las dudas que existan sean reales? Claro que sí. Pero eso es un problema que no tiene nada que ver con el cine, tiene que ver con la gente que administra y la gente que se lucra del mismo desproporcionadamente.

HAG: ¿Se puede administrar mejor [los fondos para el cine] entonces?

AMS: Cien por ciento, cien por ciento. Todos los países del mundo lo hacen. Antes se hacia de una manera diferente, antes se producían muchas mas películas. El problema es cuando se empieza a pensar en el cine como “este proyecto me tiene que dar un return of investment inmediato”, como si nosotros fueramos una audiencia o un mercado super lucrativo pa’l cine. Eso es una estupidez. Aquí lo que se hace es lo que se hace también en todos los países alrededor del mundo – excepto Estados Unidos, que es donde el cine es por entretenimiento y por lucro – que es que las corporaciones de cine existen para fomentar el talento y promocionar la cultura y establecer un récord historico de lo que esta pasando en estos tiempos en sus respectivos paises. Y esa manera de incentivar e invertir en el talento es lo que al final del día te puede cumplir la promesa del return of investment a largo plazo.

A mí cuando se me dio el dinero para poder hacer La Granja, que eso fue cuando la Corporación de Cine tenia el fondo cinematográfico, que venía de la Lotería, no venía de impuestos, esa inversion que yo tuve quizas la pelicula no la repagó, pero 10 años despues pude venir a Puerto Rico con un proyecto que dejó 20 millones a la economía. Uno puede tener miopía o uno puede abrirse al mundo, y yo pienso que al final del día propone mucho más si se apuesta al talento local, a nuestro recurso mas grande y mas poderoso, que somos nosotros mismos. Hay que aprovechar y ver eso, pero, lamentablemente existen otras motivaciones que privan a Puerto Rico de brillar como lo hace como quiera, porque con todas las limitaciones que tenemos encontramos la manera de salir adelante y brillar.

MIRA LA ENTREVISTA COMPLETA CON ANGEL MANUEL SOTO

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