🏠👨👩👦👦Parecían ser una familia migrante argentina “normal” y “tranquila” que vivía en una casa color pastel en un suburbio de la capital de Eslovenia, pero todo era falso: eran dos espías rusos que incluso habían entrenado a sus dos “hijos” en caso de ser arrestados.
👩👱♂️La esposa, María Rosa Mayer Muños, dirigía una galería de arte en línea y decía que había dejado Argentina después de ser atracada en Buenos Aires. Su esposo, Ludwig Gisch, dirigía una startup de tecnología.
👀Sin embargo, el nombre real de Gisch es Artem Viktorovich Dultsev, nacido en la república autónoma rusa de Bashkortostán y oficial de élite del servicio de inteligencia exterior de Rusia, el SVR, según funcionarios eslovenos y documentos judiciales.
🇷🇺Mayer Muños es Anna Valerevna Dultseva, una oficial del SVR de mayor rango que su pareja y provenía de la ciudad rusa Nizhny Novgorod.
🕵️♀️Detrás de su fachada de pareja que paga sus impuestos a tiempo, había dos espías que guardaban euros en su nevera y se comunicaban con Moscú desde sus computadoras con un sistema de hardware tan encriptado que ni técnicos eslovenos ni estadounidenses podían descifrarlo.
🌍 Utilizando Eslovenia como base, la pareja viajaba por Europa para pagar a sus fuentes y recibir órdenes de Moscú.
🚨Pero finalmente fueron descubiertos y arrestados en una redada al amanecer. Poco después, otra pareja con pasaportes griego y brasileño abandonaron abruptamente sus vidas en Atenas y Río de Janeiro por presuntamente llevar una vida oculta, pero ser espías rusos en realidad.
👀Otros espías rusos también han sido expuestos en Europa desde la invasión de Ucrania, y se cree que la pareja podría ser parte de un intercambio de prisioneros con Rusia.
⚖️Ahora, se espera que un juicio clasificado emita su primer fallo en las próximas semanas sobre la pareja acusada de realizar espionaje como “ilegales” o agentes de penetración profunda.
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Fuente: The Wall Street Journal
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