Anthony Pierluisi rechaza su empresa de alquileres a corto plazo se beneficie de relación con su padre

La empresa de Anthony Pierluisi Rojo, West Indies Vacation Rentals, es la única compañía de administración de alquileres a corto plazo en Puerto Rico que maneja más de 100 propiedades, según datos recopilados por el portal especializado AirDNA.

Pero el hijo del gobernador Pedro Pierluisi Urrutia rechazó que tome ventaja de esa relación.

En declaraciones escritas a Cuarto Poder (WAPA-TV), Pierluisi Rojo apuntó que fundó su empresa en 2016, mucho antes de que su padre llegara a la gobernación.

Aclaró que no es dueño de las 176 propiedades que administra su empresa, una cifra que insistió “representa menos del 1% de las propiedades a corto plazo en la Isla”. Aseguró que el 73% de esas propiedades, que anuncia a través del portal Airbnb, pertenece a dueños boricuas y que su empresa emplea a 52 puertorriqueños a tiempo completo.

El nombre de Pierluisi Rojo surgió en medio del debate que ha generado el boom de los alquileres a corto plazo en Puerto Rico. Según AirDNA, al cierre del 2022 en Puerto Rico había 17,000 listados de alojamientos que se mercadeaban a través de las plataformas de Airbnb y VRBO. Esta cifra constituye un aumento de un 30% en comparación al año previo.

Pero hay más alojamientos a corto plazo porque algunas personas prefieren el mercadeo individual y fuera del alcance de estas plataformas, que cobran una comisión a sus anfitriones.

Un estudio reciente de Abexus y Estudios Técnicos estimó que unas 30,000 propiedades se destinaban al alquiler a corto plazo en el país en medio de la crisis de vivienda creada por el daño que los huracanes y terremotos recientes causaron a cerca de 300,000 propiedades.

Detrás de estos números hay otra realidad: el aumento en la venta y el alquiler de propiedades de vivienda, la falta de vivienda asequible y el desplazamiento de residentes y comunidades para dar paso a esta nueva actividad económica, confirmó un  estudio del Centro para la Nueva Economía.

Esa investigación también reveló que lejos de ser una actividad que provee oportunidades amplias para hogares desventajados, los alquileres a corto plazo se inclinan hacia la concentración y el acaparamiento, donde los anfitriones con varios listados acumulan una cantidad desproporcionada de propiedades e ingresos.

Ante estas críticas, hay sectores que plantean que la crisis de vivienda tiene raíces que van más allá de los alquileres a corto plazo. Para otros grupos este boom representa una fuente adicional de ingresos en momentos de estrechez económica y una gran oportunidad económica para crecer la industria del turismo.

Pero ante su proliferación ya 25 ciudades en Estados Unidos comenzaron a poner cortapisas: Dallas, New York, Portland, Lexington, Weehawken, Sarasota, Palm Springs y Chattanooga, por mencionar algunas.

No están solas.

A través del globo otras ciudades como Montreal, París, Barcelona y Mallorca toman medidas para regular esta industria y países como Japón y Nueva Zelandia han aprobado regulación a nivel nacional.

En Puerto Rico, la Cámara de Representantes evalúa dos proyectos para regular la industria y para evitar el desplazamientos de los residentes en las zonas históricas.

Mira el segmento aquí: Anthony Pierluisi maneja la mayor cantidad de alquileres a corto plazo en la isla

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