Disney dice que el gobernador Ron DeSantis se está vengando ilegalmente en su contra al quitarle la administración de la zonificación y beneficios contributivos tras estos expresarse en contra de una ley aprobada por el gobernador.
El gobernador nombró una Junta para que decida lo que se podría hacer en esa zona que antes tenía Disney con total autonomía dada por el gobierno de la Florida desde los años 70 para atraer a Disney a hacer parques allí como antes tenía en Disney Land en California.
Disney se expresó en contra de la ley llamada “Don’t say gay” que en realidad era una legislación para prohibir la educación de temas sexuales y de género hasta el tercer grado.
A esto, el gobernador lo que hizo fue desquitarse de esta campaña adversa de Disney quitándole autonomía de la zona a Disney lo que en la práctica también implica un aumento de sus impuestos y contribuciones. El problema es que el poder del Estado de imponer taxes no se puede usar de forma selectiva para destruir a una empresa en específico. Sería como si la iglesia bautista hace campaña contra algo que haga el gobernador de California y venga el gobernador y le quite la exención contributiva solo a esa iglesia.
