En los primeros seis meses del año, se han reportado 45 muertes de confinados por diversas causas, una cifra que refleja el aumento de 22 decesos al compararla con el mismo periodo de 2020. Ninguno de los decesos ha sido por COVID-19.
Entre los 45 fallecimientos, hay 11 por causas naturales, tres por causas no naturales —un suicidio y dos aparentes muertes violentas— y seis pendientes de la certificación que emite el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) en la que establece causa de muerte.
Añadió que hay otras 17 muertes pendientes de investigación, que se catalogan así por el área médica, porque no se ha completado el proceso. Dentro de esos casos, hay nueve identificados por consumo de sustancias controladas, lo que causó la muerte por sobredosis.
Fuente: El Vocero
