Como todo proceso de quiebras, hay abogados que hacen buen dinero de ello. Se sabía que la quiebra de Puerto Rico sería un festín para abogados y consultores que cobran cientos de millones, pero ya están llegando esos gastos a un billón de dólares.
Obviamente, sin la ley PROMESA esto hubiera sido muchísimo más caro porque habría demandas en otros tribunales federales y estatales a la vez de forma desorganizada. Precisamente, las dos ventajas de PROMESA son el detente del pago de la deuda y un proceso de quiebras organizado en un mismo tribunal en vez de en múltiples tribunales y jurisdicciones a la vez.