Síndico contratado por Educación tiene historial de críticas en Nueva York y Misuri

Suministrada Departamento de Educación.

Álvarez & Marsal, la firma contratada por el Departamento de Educación para operar como síndico de fondos federales en la agencia a un costo de $79.6 millones tiene un historial conflictivo como consultor del sistema de escuelas de Nueva York.

La Administración de Donald Trump impuso en junio de 2019 un síndico o fiduciario para manejar los fondos federales en el Departamento de Educación de Puerto Rico en cuentas bancarias bajo su control exclusivo y con sistemas financieros independientes a la agencia.

De acuerdo a una publicación del diario The New York Times, Álvarez & Marsal fue contratada en 2007, por $15 millones, para reducir los costos de transportación del estudiantado.

Sin embargo, el plan de esta firma dejó “a estudiantes temblorosos esperando el autobús en pleno invierno y miles de padres molestos sobre rutas de transporte interrumpidas”.

La historia relata además las altas tarifas por hora que cobran los consultores entre $375 a $450 por hora.

En 2007, el contralor de la ciudad de Nueva York, William C. Thompson Jr., criticó al Departamento de Educación de la ciudad por los contratos adjudicados sin licitación pública, como el de Álvarez & Marsal y dijo que su preocupación no era por las recomendaciones de los consultores, sino por la forma en que se llevan a cabo.

“Son personas de fuera del sistema que no han tenido experiencia”, dijo Thompson.

Mientras, en 2003, Alvarez & Marsal obtuvo un contrato por 13 meses para dirigir el sistema escolar de St. Louis, Misuri, uno de los sistemas escolares más deteriorados académicamente y financieramente en Estados Unidos. Aunque la firma logró $ 79 millones en recortes presupuestarios, algunos padres, políticos y miembros de la junta escolar dijeron que la empresa se equivocó al eliminar los puestos necesarios e ignoró el costo humano detrás de decisiones como cerrar 16 escuelas sin previo aviso.

“Creo que empeoraron las cosas”, dijo William Purdy, vicepresidente de la junta escolar de St. Louis. “Hubo muchas, muchas protestas y la gente estaba enojada”.

De hecho, una de las medidas de la empresa involucró la eliminación de las paradas de autobús, el cambio de rutas y la aplicación de una política de que solo los niños que viven dentro de una milla de la escuela deben recibir el servicio de transportación.

Fuente: The New York Times

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