Aunque se declaró culpable Keleher insiste en que no es corrupta

Tras cumplir 6 meses en prisión, la ex secretaria de Educación, Julia Keleher intenta convertirse en una activista y asegura que merecen atención los horrores que se viven en prisión y la inhumanidad del sistema de justicia.

Keleher dijo en una entrevista con The Philadelphia Inquirer que hizo las cosas de las que se declaró culpable, pero que no es corrupta y que hay formas de probarlo.

“Y eso es suficiente para mí porque no estoy tratando de tener razón”, dice ella. “No quiero volver a prisión. No quiero más problemas…No importa lo que me haya pasado. Es importante que estemos prestando atención a cómo funciona el sistema”, dijo.

Después de un año y medio, terminó un borrador para un libro de memorias llamado “Eye of the Storm” que relata sus experiencias con “los desafíos de la educación pública en Puerto Rico y el sistema de justicia penal de Estados Unidos”.

“No quiero que se trate de mí”, dice y agrega: “Solo soy uno de los muchos que estamos aquí tratando de hacer del mundo un lugar mejor”.

La mujer de 48 años está bajo arresto domiciliario en la casa de sus padres en el condado de Delaware en Pensilvania. Se le permite caminar por unas pocas calles circundantes por 45 minutos unas cuantas veces al día.

Pero Keleher no se queja, es mejor que estar en la cárcel, dijo.

Agregó que ella y todas las mujeres son tratadas como animales en prisión. Esto luego de cumplir seis meses en Alderson, una penitenciaría federal de seguridad mínima, la misma donde Martha Stewart cumplió su condena.

Hace seis años, Keleher llegó a Puerto Rico y durante su mandato de año y medio en el Departamento de Educación cerró cientos de escuelas y presionó para traer a la Isla escuelas charter y vales para escuelas privadas. Esto enfureció a familias y a maestros quienes la acusaron de querer privatizar el sistema de educación pública.

Luego, en el verano de 2019, tres meses después de que renunció debido a “un ambiente político tóxico”, agentes federales la arrestaron. La acusación desató las primeras protestas que eventualmente derrocarían al exgobernador Ricardo Rosselló.

“La acusada Keleher explotó su posición en el gobierno para beneficiarse a sí misma y a otros particulares”, dijo en ese entonces el fiscal federal para el Distrito de Puerto Rico, W. Stephen Muldrow.

Keleher inicialmente dijo que era inocente. Dos años más tarde se declaró culpable de una serie de cargos más reducidos: dos delitos graves relacionados con conspiración para cometer fraude. Admitió haber aprobado un proyecto de ampliación de carretera en la propiedad de una escuela a cambio de un trato por un apartamento de lujo en Ciudadela: $1 de alquiler durante tres meses y luego  $12,000 para comprarlo. También se declaró culpable de saber que al director de campaña de un excandidato a gobernador se le pagaría como subcontratista en un contrato que no permitía subcontratistas.

Casi un año después de su sentencia, Keleher dice que su reforma “estaba funcionando…y  creo que es por eso que todos se enojaron”.

Incluso ahora, con un grillete en el tobillo, Keleher defiende las acciones que tomó en Puerto Rico. Habla de cómo algunos estudiantes no tenían maestro de matemáticas ni libros de texto y que los edificios estaban en ruinas con moho, termitas y goteras en el techo. Dice que hizo lo que pensó que tenía que hacer.

“Ella no es culpable de otra cosa que no sea la intensidad y tratar de hacer las cosas rápidamente”, dijo su amigo Andy Plattner, consultor educativo, en una entrevista reciente.

Lanny J. Davis, quien es cercana a la familia Clinton y en un momento fue el abogado de Keleher, dijo que fue condenada por “cobertura exagerada de los medios en la isla”.

Fuente: The Philadelphia Inquirer

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