Fiscalía detalla asesinato de Keishla mientras la defensa asegura Félix Verdejo no participó del “horrendo” crimen

Mientras la fiscalía federal describió cómo Félix Verdejo lanzó junto a su cómplice el cuerpo de Keishla Rodríguez a la laguna San José y al notar que no se hundía, “desesperado” brincó al agua para arrastrarlo a un puente cercano, la defensa aseguró que la prueba del caso corroborará que el exboxeador no participó en el horrendo crimen.

En el inicio del combate más importante en la vida del ex púgil boricua, la defensa y el ministerio público presentaron esta tarde sus teorías ante el jurado de nueve hombres y tres mujeres, que decidirá si Verdejo es culpable o no de asesinar a la mujer y a un bebé por nacer procreado por ambos.

Luego de la selección de jurado, que inició ayer y culminó esta mañana, la fiscal Jeannette Collazo se paró frente al jurado para contarle detalles de la relación entre la víctima y el acusado.

Hablando en inglés, pero intercalando algunas palabras en español, para reforzar su argumentación, contó que Verdejo y Rodríguez sostuvieron una relación de 10 años, que empezó cuando ambos eran adolescentes. Esa relación continuó cuando el ahora acusado se empató con Eliz Marie Santiago, con quien procreó una hija.

“Keishla era la muchacha del caserío, que era buena para tener sexo con ella, pero nada más”, afirmó la fiscal.

Aseguró que el acusado era un machista que archivaba el número de celular de su compañera consensual bajo el mote de “esposa sufrida” y que llamaba a la víctima una “puta” y “perra tonta”.

De acuerdo a su cronología de eventos, al momento del asesinato de la mujer de 27 años, Verdejo se encontraba en el proceso de retomar su carrera de boxeo y medio de una crisis matrimonial, así que la noticia del embarazo complicaba su existencia.

“Al saberlo, su primera reacción fue que tuviera un aborto, pero eso no funcionó porque Keishla quería tener un bebé”, indicó Collazo.

Ante el diferendo, el acusado cambió la forma de comunicarse con la víctima y empezó a llamarla desde un teléfono celular prepagado.

Así que mientras Rodríguez compartía con alegría la noticia del embarazo con su familia, Verdejo buscaba una manera para salir del problema. Según la fiscal, primero contactó a su amigo Ricardo Cádiz el 27 de abril de 2021 para que lo ayudara con el aborto. Cuando su amigo se negó a ayudarlo, el acusado abordó al hermano Luis Cádiz.

“No era solo el aborto, sino que había que desaparecer a Keishla”, apuntaló Collazo ante una sala repleta de público.

Con un plan en marcha, el 28 de abril de 2021 habló con la víctima desde el celular prepagado y quedaron en verse al día siguiente para que le mostrara la prueba de embarazo positiva. La mañana del 29 de abril, los dos acusados arribaron al complejo de vivienda Villa Esperanza en San Juan. Rodríguez abordó la guagua de Verdejo.

“Al entrar, le enseñó la prueba. Luis Cádiz la aguantó y Verdejo la golpeó y le inyectó la droga. Detuvieron la guagua para amarrarla con una cuerda metálica y le colocaron un bloque en los pies. Volvieron por el carro de Keishla, que Luis Cádiz guió, mientras que Verdejo manejaba su guagua con Keishla en la parte trasera”, relató la fiscal.

Del residencial público partieron al puente Teodoro Moscoso y tras lanzar a la víctima a la laguna San José y notar que no se hundía, Verdejo pidió a su cómplice que le disparara al cuerpo de la joven y brincó al agua para arrastrarlo a un puente cercano. Mientras, su cómplice Cádiz subía y bajaba por el puente Teodoro Moscoso en su guagua Dodge Durango esperando a que saliera a la superficie.

Verdejo brincó al agua para terminar “lo que había comenzado”, insistió la fiscal. Más tarde, destruyeron el celular de la víctima y el móvil prepagado de Verdejo. Lanzaron los celulares al agua en Isla Verde.

Pese a que Verdejo pidió a Cádiz que quemara el carro de la víctima, el ahora testigo estrella del ministerio público dejó el vehículo en Canóvanas, donde las autoridades posteriormente encontraron el auto.

“Tienen que ser conscientes de que él (Cadiz) es tan culpable como Verdejo”, aseveró la fiscal.

Aunque indicó que el testimonio de Cádiz estaba corroborado con otra evidencia, reconoció que existen lagunas en sus declaraciones y en la prueba de corroboración. Señaló, por ejemplo, que los vídeos muestran imágenes lejanas y que el testigo cooperador inicialmente minimizó su participación en el crimen para luego rectificar su testimonio.

En esa línea, mencionó también que Cádiz cambió de versión sobre la preparación de la jeringuilla que se usó para inyectarle la droga a la víctima. Pero despachó esas inconsistencias como “detalles colaterales”.

“Verdejo la golpeó, le inyectó droga y la amarró mientras estaba viva. Verdejo le amarró las manos y Luis Cádiz los pies. Ella respiraba cuando la lanzaron al agua”, subrayó.

Mientras, el licenciado González arrancó su turno afirmando que la muerte de Keishla Rodríguez “era una tragedia”. Mencionó el embarazo, pero matizó que se trataba de tres semanas de gestación.

Para impugnar a la fiscalía en su planteamiento de clase, acentuó que Verdejo, su compañera y la víctima eran personas que habían crecido en residenciales públicos.

“El señor Verdejo no tenía razones para matar a Keishla y la evidencia lo va a demostrar”, insistió.

“El verdadero asesino se sentará a declarar y les contará lo que entiende pasó ese día”, añadió el abogado.

Durante un turno breve, repitió en varias ocasiones que la evidencia demostraría que su representado no participó en el crimen.

“Al final del juicio verán que lo único que Verdejo sentía por Keishla era amor… Keishla también lo quería”, indicó al final de su exposición.

PRIMERA TESTIGO DE LA FISCALÍA

Después de las exposiciones iniciales, la fiscal Collazo, que comparte labores con el fiscal Jonathan Gottfried, presentó a la primera testigo de cargo: Keila Ortiz, la mamá de la víctima, quien al momento del asesinato vivía en Orlando, Florida.

La mujer de 46 años, en ocasiones sollozando, relató los detalles de la última vez que habló con su hija la mañana del 29 de abril de 2021. Aunque evitó mirar al acusado, en un momento se viró y lo señaló con el dedo cuando la fiscal le pidió que lo identificara en sala. Luego al identificar una foto donde estaba junto a la víctima, lo llamó “el asesino de mi hija”. En otro momento, mientras se limpiaba las lágrimas, identificó la foto que tomó el 27 de abril de 2021 cuando hablaba con Rodríguez.

La imagen que se proyectó en sala a través de los monitores, mostraba a Keishla Rodríguez sonriente y en sus manos la prueba de orina que daba positivo su embarazo.

Ortiz habló de otras parejas de su hija, como su exesposo Marcelino Pérez y otra pareja de nombre Iván, a quienes llamó cuando llegó a Puerto Rico para pedirle ayuda en la búsqueda de su hija.

Luego, a preguntas de la licenciada Gabriela Cintrón, admitió que también llamó a Miguel Santiago Laiz, el suegro de Verdejo, quien fue acusado recientemente de formar parte de una ganga que distribuía drogas y asesinó a varias personas, incluyendo a un policía estatal.

El testimonio de la mujer continua mañana.

0 Shares:
You May Also Like