Luis Cadiz declara que evaluó junto a Verdejo cámaras en puente Moscoso para lanzar cuerpo de Keishla Rodríguez

Luis Cádiz Martínez (izquierda) y Ricardo Cádiz Martínez (derecha). Ambos son testigos de fiscalía federal en el juicio contra Félix Verdejo.

Un día antes de la desaparición de Keishla Rodríguez Ortiz, Félix Verdejo Sánchez y Luis Cádiz Martínez transitaron por el puente Teodoro Moscoso para identificar los lugares donde había cámaras de vigilancia.

Esa visita al puente, según contó Cádiz Martínez esta tarde, ocurrió la mañana del 28 de abril de 2021 luego de que el dúo llegó sin aviso previo al residencial público Villa Esperanza en San Juan en busca de la mujer de 27 años, que en ese momento se encontraba arreglándose las uñas tras realizarse una prueba de embarazo en un laboratorio cercano a su residencia.

Pero al no encontrar a Rodríguez Ortiz en su apartamento el acusado propuso pasar por el puente.

“Fuimos directamente al Teodoro Moscoso para chequear donde estaban ubicadas las cámaras. Félix iba guiando. Todavía no había un plan dicho”, relató Cádiz Martínez vestido con su uniforme crema de confinado ante un jurado compuesto por nueve hombres y tres mujeres que prestaba atención a sus palabras.

“Cuando íbamos para el Moscoso le estaba texteando a su esposa”, agregó.

En el inicio de un testimonio, que continúa mañana, el hombre de 32 años indicó que esa mañana entregó a  Verdejo Sánchez una jeringuilla con heroína, que había cocinado unos minutos antes, envuelta en una servilleta de Domino’s Pizza. Afirmó que compró la droga -tres bolsas por $9- poco antes en un punto cercano a su apartamento en el residencial público Luis Lloréns Torres después que Verdejo Sánchez le pidió ayuda el día anterior.

“Me preguntó qué de manera podía ayudarlo. Yo le dije que tenía que asumir sus consecuencias porque si tenía una mujer embarazada tenía que asumir la responsabilidad. Me dijo que no quería perder a su familia, que lo ayudara de alguna forma. Que lo ayudara para abortar ese bebé”, apuntó sobre la conversación que sostuvo con el acusado la noche del 27 de abril.

¿Cómo terminó la conversación?, indagó el fiscal Gottfried.

“Que iba a pasar mañana por mí, que comprara lo que tenía que comprar”, apuntó el testigo.

Del Teodoro Moscoso, el dúo regresó al residencial público Luis Lloréns Torres, compartió un sándwich y cuando Verdejo Sánchez se marchó el testigo cooperador se movió a la carpa donde tenía su negocio de lavar carros. Luego volvió a ver al acusado esa noche.

“Ahí pues tuvimos una conversación de lo que se iba a hacer el jueves (29 de abril) en la mañana con Keishla. Que estamos comunicándonos para ver como planear para inyectarle la droga y como lanzarla por el Teodoro Moscoso”, afirmó mientras Bereliz Rodríguez, la hermana de la víctima, sollozaba.

“No hablamos cómo la íbamos a inyectar, solo teníamos un plan de inyectarla y luego tirarla por el Teodoro Moscoso… Introducirle la droga, amarrarla y luego tirarla”, añadió.
 

Dirigido por las preguntas del fiscal, indicó que tenía unos alambres en su casa y que el bloque lo encontró al lado de un zafacón en el residencial.

“Yo tenía el alambre porque trabajaba en construcción. Lo tenía en un bulto en mi casa. Lo piqué en tres pedazos y luego lo puse en la guagua de Félix…. (Luego me dijo) que mañana esté listo. Luego él se fue y yo seguí mi diario vivir. Me fui a zarandear, beber fumar, meterme las pastillitas que me metía”, afirmó antes del receso.

Según la teoría del ministerio público, el dúo secuestró a Rodríguez Ortiz la mañana del 29 de abril, le inyectó droga, amarró su cuerpo con un alambre que iba de la cabeza a la cintura, a las manos y luego se extendía a sus pies donde conectaba a un bloque de cemento. Luego la lanzó desde el puente Teodoro Moscoso hacia la laguna San José en San Juan mientras todavía respiraba.

Un empleado de AutoExpreso declaró la semana pasada que la mañana del 29 de abril, la guagua Dodge Durango del Verdejo Sánchez pasó por el puente tres veces sin tener dinero en la cuenta. El jurado también escuchó a la patóloga Rosa Rodríguez y a otra perito del Instituto de Ciencias Forenses declarar que en su cuerpo había grandes cantidades de fentanilo y xilacina, esta última una droga que se usa para sedar animales, así como etanol por la descomposición del cuerpo. Al momento del femicidio, la mujer tenía de tres a seis semanas de embarazo. El hermano de Luis Cádiz, Ricardo, también declaró que Verdejo Sánchez le pidió ayuda para conseguir pastillas abortivas.

El juicio continúa mañana a las 9:00 a.m.

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