Juez federal sentencia al productor Sixto George a 51 meses de cárcel

El juez Francisco Besosa sentenció hoy al productor de radio y televisión Sixto Jorge “George” Díaz Colón a 51 meses de cárcel por extorsionar al entonces secretario de Asuntos Públicos, Anthony Maceira Zayas, para evitar la divulgación del chat de Telegram, que desembocó en la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló Nevares.

Tras su término en prisión, el ahora convicto federal cumplirá otros tres años en libertad supervisada. Besosa no impuso multa y, a pesar de la objeción de la defensa, dejó el récord abierto por 90 días por si el Maceira Zayas quiere hacer algún reclamo de restitución por pérdida económica.

Al filo de las 9:10 a.m. Díaz Colón entró a la sala #5 del Tribunal Federal en el Viejo San Juan. Era la primera vez que regresaba al salón de sesiones tras permanecer encarcelado en el Centro de Detención Metropolitano en Guaynabo desde el pasado 3 febrero. Ese día un jurado lo encontró culpable de tres cargos: extorsión, tentativa de extorsión y destrucción de prueba. Aunque se encontraba libre bajo fianza, Besosa ordenó su ingreso inmediato a prisión por considerarlo un riesgo de fuga.

Visiblemente delgado, caminó esposado y encadenado de pies y de manos hasta la mesa donde estaba su abogado Rafael Castro Lang.

“Estos fabricadores”, exclamó al sentarse al lado del letrado y mirar hacia la mesa donde estaban los fiscales Myriam Fernández González y Michael Lang.

A poca distancia, dos alguaciles se mantenían cerca Díaz Colón, quien vestía un uniforme crema, medias blancas y zuecos de goma negros conocidos como “crocs”. Antes del inicio de la alocución de la defensa, el juez ordenó que se removieran sus esposas y cadenas.

Desde el podio, el abogado objetó algunos hallazgos del informe presentencia, que preparó la oficial de probatoria Carmen Villeta García. Aseguró, por ejemplo, que en los mensajes que su representado intercambió con Maceira Zayas nunca hubo una extorsión. Por el contrario, argumentó que Díaz Colón solo buscaba alertar al testigo principal de la fiscalía federal de las amenazas de Raúl “Raulie” Maldonado, quien tenía copia del polémico chat y quería vengar la forma en que el gobierno trataba a su padre, el entonces secretario de Hacienda, Raúl Maldonado Gautier.

“No hay un mensaje donde se mencione una extorsión de $300,000”, apuntó ante una sala repleta de familiares.

Al abordar las críticas que su representado realizó del sistema de justicia durante el juicio, el abogado aseguró que ejercía su derecho a la libertad de expresión.

“No se debe tomar en cuenta que tiene una opinión negativa de la corte, de los fiscales y de los agentes del FBI. Él tiene derecho a expresar su sentir”, insistió.

Casi al finalizar el juicio, Díaz Colón llamó “charlatanes” a los fiscales federales y al agente federal del FBI, Juan Carlos López. También catalogó al juez Besosa como un “niño de kínder”.

Castro Lang rechazó que el productor destruyera mensajes de texto, como imputó la fiscalía federal. También rogó al juez una sentencia de 18 meses de cárcel alegando que la recomendación de 41 a 51 meses de prisión del informe presentencia era “irrazonable”.

El fiscal Lang, quien habló desde la mesa de la fiscalía y no del podio de sala, realizó una alocución corta en la que pidió al juez imponer una sentencia que sirviera de disuasivo a otras personas que estaban pensando en delinquir. Al final, pidió una sentencia de 51 meses de prisión para Díaz Colón, quien se mantuvo de pie al lado de su abogado y dando la espalda a ambos fiscales.

En ocasiones, Díaz Colón realizó gestos con la boca y movió su cuerpo, como si estuviera estirándose. También pareció murmurar palabras que no se entendían. Tampoco se dirigió a la corte.

“Él siente que es inocente y optó por no hacer alocución”, afirmó Castro Lang.

Una vez Besosa impuso la sentencia, Díaz Colón pidió extinguir su pena en Puerto Rico.

“Usted sabe que eso es imposible”, respondió el juez.

En Guaynabo solo hay un centro de detención para mantener a los sumariados que esperan por juicio o convictos que esperan sentencia. Finalmente, el juez acogió una petición para recomendar la cárcel de Pensacola, donde actualmente cumplen sentencia el contratista José Bou Santiago y el exalcalde de Trujillo Alto, José Luis Cruz Cruz.

Culminada la vista, Díaz Colón gritó a los fiscales “los voy a desenmascarar. A ustedes los van a botar”, mientras los alguaciles lo esposaban y lo sacaban del salón de sesiones.

Su familia, que se encontraba en el lugar, comenzó a asentir y mientras el convicto cruzaba el umbral de la puerta de salida, se escuchó a su hija decir: “papi te quiero”, mientras otros familiares gritaron “corruptos, fabricadores, el FBI es corrupto”.

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