Los dolores de Isla Nena: testimonios del viacrucis viequense

Como vimos, un dilema de salud que en la Isla Grande pueda ser diagnosticado y tratado de una forma más puntual, en la Isla Nena pudiese volverse una pesadilla.

En el caso que presentamos, tanto en la primera parte de nuestro artículo, como en las piezas de televisión, Eliezer Cordero Feliciano y su madre Marianne Feliciano Hernández, afirman que el joven de 19 años recibió un diagnóstico de fallo renal severo en la Isla Grande luego de que en Vieques, tras realizarse laboratorios que alertaban la gravedad del asunto, le dijeran que era gastritis.

Este es el más reciente episodio de anomalías salubres en Vieques, un pueblo que ya vio aquella lucha que sacó a la Marina de Guerra de Estados Unidos transformarse en una de bienestar social. El caso más sonado durante esta época post-Huracán María, donde la reconstrucción de un centro de salud ha lucido más como un balón político, sucedió hace poco más de tres años, cuando Yaideliz Moreno Ventura, de 13 años de edad, falleció en la sala de emergencias adyacente al centro comunitario Dale la mano a Puerto Rico.

Tanto Pesante, como los médicos entrevistados declinaron hablar sobre el caso de la adolescente, que hace poco más de tres años falleció en circunstancias que aún son analizadas. El caso ahora mismo se ventila en tribunales.

La adolescente murió el 12 de enero de 2020 en la sala de emergencia provisional ya mencionada. Su familia demandó al Gobierno de Puerto Rico y al exsecretario de Salud Rafael Rodríguez Mercado por violación de derechos humanos y derechos civiles al no garantizar los servicios adecuados para atender la emergencia médica que le costó la vida a la adolescente de 13 años.

Está también el caso del niño Jahn Hill Rivera, que murió en mayo de 2021, a quien le dedicaron un parquecito en la comunidad de Puerto Ferro. Su familia, que sepamos, no buscó represalias legales.

Son muchos los testimonios de disparidades de salud que encontramos en Vieques, cuando viajamos a investigar el caso de Eliezer. Aquí les mostraremos algunos.

A Alexandra Connelly ya no le importa cuál periodista de qué medio le hace la pregunta. Es que un sistema de salud lacerado y herido hace que hasta el más fuerte activista se canse.

“Yo estoy agradecido de cada reportero que llega a Vieques a ser nuestra voz, pero honestamente, ¿cuántas entrevistas más, cuántas vidas más viequenses hay que perder para que se den cuenta y tomen una acción al respecto?”, dispara, con una calma tenaz, sin ofender pero cansada de las ofensas del sistema.

Alexandra es una de las líderes de la organización Vidas Viequenses Valen, que comenzó su abuela y pilar de la comunidad viequense, doña Myrna Pagán, hace unos años. Hoy hablamos debajo de uno de los arcos del fortín Conde de Mirasol, emblema de la resistencia histórica en la que se encuentra la Isla Nena y otrora cuartel general del fenecido activista Robert Rabin. Alexandra desenfunda sin temor, narrando ahora un suceso reciente que le estremeció el corazón.

“Tengo una amiga que tiene un bebé prematuro de dos meses”, comienza su relato, subrayando que el niño lidia con una condición gástrica.

“Le dan de alta y llegan a Vieques con una condición. Madre primeriza fin, preocupada por su bebé que lleva varios días con estreñimiento, yo le digo que vaya al CDT, que hay un pediatra para atender emergencias. Ella va a recibir los servicios y cuando llega, el guardia de seguridad le dice que no lo pueden atender en esos momentos, porque la pediatra solo está para emergencias, no para consultas”, recordó.

“Hubo como que un tirijala, pero lograron acceder para atender al bebé. Llegamos a la una de la tade, y casi a las cuatro es que nos atienden para los vitales del bebé. Ya a las seis de la tarde estaba embarcada camino al [hospital] Pediátrico en San Juan”, indicó.    

De dilemas con bebés recién nacidos también dio fe Alianis Ventura Figueroa.

“Yo fui con mi bebé de un mes a una cita en Isla Grande con el pediatra. Cuando llegué al muelle faltaban 10 minutos y por cabida no me dejaron montar con mi bebé de un mes”, expuso, sentada, en la plaza de Los Artesanos, con los murales del artista Carlos Damián Gil de fondo.

“Teniendo ticket y mi bebé en brazos, no me montaron, me dijeron que a las siete de la noche y tampoco. ¡Me dijeron que a las cuatro de la mañana me montaban! El papá del nene tuvo que pagar un taxi aéreo para regresar a Vieques. El costo fue de 385 dólares”, resaltó.

Su padre Iván ‘Pumba’ Ventura, sobreviviente de cáncer, abordó la problemática de cáncer que enfrentan la población viequense, expuesta durante décadas a la radición y contaminación de los ejercicios de la Marina de Guerra de los Estados Unidos.

“Lamentablemente son muchos los casos de cáncer y de familiares y hermanos que han muerto de esa enfermedad”, apostilló, resaltando que el hecho de que en el pueblo solo hay una farmacia acentúa las complicaciones que también sufren con los medicamentos.

Un estudio encontró que existe relación entre las prácticas militares con bala viva en Vieques y la prevalencia de cáncer en los residentes de la Isla Nena, debido a la exposición a contaminantes de las municiones. En 2017, una investigación realizada por el Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Aarhus de Dinamarca fue publicada por el Global Security: Health, Science, and Policy dentro del Directory of Open Access Journals, que es una lista de revistas de acceso libre, científicas y académicas, que cumplen con estándares de alta calidad, debido a la revisión por pares y el control de calidad editorial que mantienen.

En ese estudio se halló que en la decada de los ’90 la prevalencia de cáncer pulmonar en las personas de más de 50 años era mayor en 280% (en mujeres) y 200% (en hombres) en Vieques que en el resto del país. El informe reveló además que la incidencia de cáncer ha bajado considerablemente desde que cesaron los bombardeos.

“El período 1992-1997 mostró una tasa de incidencia de cáncer de pulmón y bronquios significativamente elevada en Vieques en comparación con Puerto Rico, principalmente entre las mujeres mayores de 50 años y hombres entre 50 a 64 años. Esto se correlaciona con las altas exposiciones de las municiones en el período 1977-1984 (periodo de mayor actividad militar en la Isla Nena)”, dice el estudio La Exposición a la Municiones y Carcinógenos Específicos y el Riesgo de Cáncer en los Civiles en la Isla Puertorriqueña de Vieques tras los Ejercicios militares entre 1947 a 1998, resaltado en aquel entonces en el diario digital Noticel por la periodista Damaris Suárez.

Por otro lado, otros expertos señalan que en Vieques hay mucha más hipertensión, más casos de diabetes, más casos de asma bronquial, cmás asos de problemas cardiacos y más casos de problemas en el sistema cardiovascular que en la isla de Puerto Rico”.

Una que ha visto todo esto de cerca es Zaidy Torres Rodríguez, una enfermera graduada que ahora mismo está bien, pero que durante años ha batallado con el cáncer.

“Aquí se hizo un estudio en las mujeres de edad gestacional y en los niños de cinco años de edad y menos. Se descubrió que muchas estaban contaminadas con mercurio y los niños también. El mercurio sigue pasando a las otras generaciones”, articuló Zaidy al sentarse a dialogar durante un rato con Cuarto Poder.

Si hay alguien que asemeja un libro de texto de la historia de la salud en Vieques, esa es Zaidy, que desde que regresó a Vieques en 1974 tras estudiar enfermería ha estado vinculada con la causa.

“Cuando gana el doctor Pedro Rosselló yo decido renunciar porque sabía que iban a vender los hospitales y yo no quería pasar por ese proceso y decidí irme a mi casa a cuidar a mis hijos”, rememoró.

“Y me dediqué a hacer trabajo voluntario. Trabajé lo que llamamos la alianza de mujeres viequense y en ese tiempo trabaje con relevo con la vida de la Asociacion del cancer y así comenzamos lo que es nuestra lucha con los pacientes de cáncer”, añadió, aprovechando para darle un halón de oreja a las autoridades pertinentes.

“En el departamento de Salud… tal vez para ellos sus estadisticas bajan, pero para nosotros, que estamos aquí, llevamos la constancia, y para mí todo sigue igual”, acotó.

“Todos los días tenemos un diagnóstico de cáncer en una persona que en principio la vemos caminando bien, pero que tiene un problema, la llevan al médico y da la casualidad que tiene un cáncer, que tal vez ya está metastizado por no atenderse rápido, y su pronóstico no es bueno”, agregó, ya entrando en su situación personal.

“El caso mío para mí no fue una sorpresa, porque yo me lo encontré y pero toda la vida me he cuidado, me he protegido”, argumentó.

“Nosotros somos un pueblo contaminadoquieran aceptarlo o no. Fueron 60 años de maniobras, de material contaminante que nosotros no sabemos. La comunidad no sabe que fue lo que tiraron aquí”, dijo, durante una conversación que duró casi una hora y que ayudó en cantidad a darle contexto a esta historia.

Con Zaidy hablamos en las oficinas de la organización Vieques en Rescate, que desde hace 12 años saca la cara por los pacientes de cáncer en Vieques. Les ayudan a cuadrar sus citas médicas en la Isla Grande, a pagar sus deducibles y les ofrecen respaldo emocional.

Según indicó una de sus líderes, Hilda Bonilla, junto al Departamento de Salud consiguieron que un oncólogo venga al menos una vez al mes a ver enfermos. Pudieran hacer más si tuvieran estadísticas globales de la población con cáncer en Vieques más allá de las que posee el centro sobre su matrícula, pero ni el Municipio ni Salud mantienen esos números no se mantienen de forma puntual desde antes del huracán María.

“Nosotros los acompañamos en el viaje en el ferry y para aquellos pacientes que van fuera de Fajardo y Ceiba, donde se hace más caro el servicio de transportación, tenemos un vehículo. Gracias a María Fund, luego de María tenemos un vehículo y un chofer pagado por nosotros que viaja con ellos y les da servicios hacia el área metropolitana, Humacao o Caguas”, destacó Hilda.

Hablamos con un grupo de pacientes de cáncer de Vieques En Rescate que regresaba de Isla Grande.  

“Aquí estamos, desde las cuatro de la mañana, levantao’s”, manifiesta a su llegada al puerto el chofer Edwin Acosta, antes de que la voz potente de don Juan Feliciano se quedara con el canto.

“¡Y sin comer! ¡Porque no hemos comido nada!”, dispara don Juan, sobreviviente de cáncer en la próstata.

La Ley 113 de 2016 para turnos preferenciales a los Viequenses y Culebrenses está hecha en búsqueda de ayudar a agilizar sus proceso burocráticos y de viaje en Isla Grande pero…   

“¡Pero no lo están haciendo!”, exclama don Juan, segundos antes de mostrarnos el folly con el que tiene que viajar a todos lados.

“Esto es terrible”, suspira.

“A veces llegamos, tenemos un ticket para la lancha que compramos para la una de la tarde, pero no podemos llegar porque nos atrasamos en San Juan, cuando llegamos no nos quieren montar en el ferry a las tres de la tarde y nos dejan pillaos hasta las cinco de la tarde o más”, señaló, mientras tanto, Carmen Leticia Rivera Ilarraza, sobreviviente de cáncer de seno.

“Los hospitales, los del Gobierno tienen que darle prioridad a la gente de Vieques y Culebra y no lo hacen. Los que viven allá tienen una carretera. Los que vivimos en Vieques tenemos que coger una lancha”, apuntó Edwin, quien inmediatemante después de llegar al muelle tras estar todo el día en Isla Grande, fue a la boletería a comprar su ticket para el próxima día de laburo.

Todo esto sucedió poco menos de un mes antes de que el gobernador Pedro Pierluisi hiciera el anuncio, de la firma de un contrato para la construcción de un nuevo centro hospitalario.

A través de una escueta misiva mediática, se informó que el centro hospitalario de Vieques tiene una inversión total estimada en $85.6 millones. Las nuevas instalaciones de cerca de 60 mil pies cuadrados, y que, según el Gobierno, contarán con una certificación de Edificio Verde (Green Building), supuestamente tendrán un centro de diálisis, sala de emergencias, área de imágenes, laboratorios, farmacia, servicios dentales y sociales, infusión, oficinas administrativas, clínicas externas y un helipuerto. También, contará con generador eléctrico, cisterna y una nueva área de estacionamientos.

En nuestra a visita a Vieques dialogamos un rato con el alcalde Junito Corcino, quien subrayó que cuando entró a la alcaldía lo que encontró no fue muy aliciente y que la pasada administración no hizo lo que le tocaba para comenzar la construcción del nuevo centro.

Después de que se le adjudicase la subasta a Caribbean Tech por más de 80 millones de dólares – $ 26 millones más de lo previsto inicialmente – el contrato fue entregado el 11 de enero a la Junta de Control Fiscal, “pues todo contrato que pase los $10 millones tiene que ser analizado por ellos”, pero esta entidad finalmente lo aprobó en febrero. Para que se diera esto, no obstante, Corcino asegura que tuvo que mover sus fichas en Washington, de la mano de la congresista Nydia Velázquez. Velázquez, empero, mantiene una residencia en Vieques desde hace unos años.

En la zona del puerto nos encontramos también a la maestra y ahora asambleista municipal Dalia Pérez, quien resaltó que el alcalde Corcino también le dijo recientemente a la legislatura municipal que espera que en el Congreso se apruebe un proyecto que le otorgaría mil millones de dólares para atender víctimas de enfermedades ocasionadas por los bombardeos de la Marina.

“Siempre te dicen: ‘eso se va a contruir’, y cada vez que vienen el Gobernador y Johnny Méndez hacen un show para la construcción y queda en nada, por esto, por lo otro”, manifestó la asambleista durante una conversación cerca del puerto de Vieques.

“Pero, sin partidismo alguno, todo el mundo quiere la construcción del hospital”, indicó.  

Corcino puntualizó que, aún cuando encontró apenas $168 mil en caja al llegar a la alcaldía, “cuando mi nómina mensual es de más de $300 mil”, la timoneado el Municipio de la mejor forma que ha podido. Lidia además con seis demandas que tiene el ayuntamiento por incumplimiento de pago a contratistas, incluyendo un litigio de más un millón de dólares. Lo del hospital, dijo, “era algo que debió haberse comenzado hace tiempo”.

radames

“No es politiquería. Cuando asumí las riendas no se había hecho nada y nuestra administración se ocupó de hacer las cuatro subastas necesaria para el modelo conceptual, para la subasta ambiental, para la demolición y para el diseños, y de cumplir con todos los procesos que indica FEMA”, sostuvo.

Pero ante todas las promesas incumplidas, el viacrucis con la transportación maritimo-terrestre y las historias de terror que han vivido en la sala de emergencia actual, los viequenses solo creerán lo del hospital cuando lo vean erguido y en función.

“Vienen aquí ofreciendo y ofreciendo y cuando se montán allá en Fortaleza, se olvidan de Vieques”, dijo el insigne viequense Radamés Cabral Trinidad, quien durante 12 años viajó a la Isla Grande a recibir diálisis.

“Estamos hartos de que la política siempre nos fastidie”, finalizó, el sol de la tarde cayendo en el mar que divide la Isla Nena del resto del archipiélago.

Vea la investigación de Cuarto Poder aquí

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