Los peligros de la escurridiza química del ‘Popu’: “400 veces más sicoactivo que el THC”

El caso que reseñó el programa Cuarto Poder el pasado martes, sobre la muerte en 2018 del joven Anthony Amaurys Rodríguez Hernández por sobredosis de canabinoides sintéticos, ha vuelto a poner bajo lupa a este veneno que se vende como si nada en distintos establecimientos como colmados y gasolineras.

Sus estragos se sienten en las calles de Puerto Rico, pero una de las cualidades del llamado “Potpurri”, “Popu”, “Incienso pa’ fili” o “Japi” es su cualidad química escurridiza, pues es muy difícil detectarlo si no se tiene la tecnología de análisis toxicológico adecuado para detectarlo.

No en balde, el Instituto de Ciencias Forenses señaló que desde 2015 hasta 2021 apenas se han registrado ocho muertes de sobredosis por canabinoides sintéticos: cinco en 2015, tres en 2017 y una en 2018. Afirmaron que ni en 2016, ni en 2019, ni en 2020, ni en 2021 se registraron muertes por “la sintética”, a pesar de que el impacto de esta sustancia en las calles de Borinquen lo sienten muchas familias.

“Hay muy poca estadística sobre esto y entonces es difícil para uno saber qué buscar”, destacó Joseph Bloom, Decano Auxiliar de Investigación de la Escuela de Farmacia, en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

“Es bien difícil porque ya se conocen más de 70 de estos canabinoides sintéticos. Y para burlar su detección se están produciendo otros compuestos con cambios en la estructura, un compuesto ‘x’ ó ‘y’ ese lo alteran y entonces ya el instrumento toxicológico no me va a buscar ese compuesto. Eso es lo que está haciendo la industria, cambiando constantemente para hacer más fácil detectar la estructura de tal o cuál químico y poderlo encontrar, es un problema que me recuerda la carrera entre los laboratorios y los anabólicos en el deporte, durante los noventa. Si los productores de estas sustancias siguen haciendo cambios es muy difícil detectarlos”, acotó.

Bloom aludió a que las leyes, tanto locales como federales, mantienen algunos químicos solamente entre los ilegales, cuando “la composición química de estas sustancias sigue siendo alteras y cambiadas por sus productores”.

Bloom afirmó que “los canabinoides sintéticos son hechos por el hombre, no son naturales. Es fake weed. Lo que llaman marihuana sintética de marihuana no tiene mucho. Se vende aquí en Puerto Rico, pero todavía no lo dice en los productos, que, como tú mismo viste en tu investigación, a veces vienen disfrazados con componentes que son naturales. Es una preocupación que tenemos en la escuela, porque lo que hemos visto en las pocas estadísticas que tenemos es que son 400 veces más poderosos que el THC (tetrahidrocannabinol)”, que es el componente sicoactivo de la marihuana.

“Les llamamos New psychoactive substances, las nuevas sustancias sicoactivas y son capaces de provocar sicosis y alucinaciones. Tienen consecuencias de alterar la mente. Es preocupante porque se sabe que hay personas que le echan más sustancias en spray para tener un efecto mayor. Lo puedes tomar en un té, pueden ser fatales. Lo malo con estos compuestos es que le alteran una parte de la estructura y es bien difícil conseguirlos en una muestra”, apostilló Bloom.  

La Administración para el Manejo de Drogas (DEA) describe la sintética como un intento de crear “una versión sintética del THC. La DEA especifica que esta droga “es una mezcla de material vegetal rociado con productos químicos psicoactivos sintéticos”. A menudo parece popurrí y en los empaques que venden en las gasolineras en la etiqueta indica que “no es para consumo humano”. Se puede comprar por internet y, según explicó el sicólogo Jesús Álamo, de Intercambios PR, “sé de gente que va y compra los materiales en el supermercado o en estas supertiendas y las hace en su casa”.

En el paquete que conseguimos de una marca de “popu” denominada Dead Man Walking, “hombre muerto caminando” en español, aparecían los siguientes ingredientes herbáreos:

  • Tusilago fárfaro y Tusilago diffuso, que son supresores de tos;
  • Verbascum thapsus, que es un expectorante para el asma y la bronquitis;
  • Althaea thapsus, medicina usada para desinflar las membranas mucosas;
  • Artemisa Vulgaris, usada en distintos medicamentos para combatir las hemorragias nasales, la bronquitis y la migraña, entre otros males.

“Por ejemplo, ahí tienes la artemisa, que es una planta, pero si una persona es diabética algo que la etiqueta no dice, no deben consumirlo, porque le puede afectar mucho”, señaló Bloom.

 Según información educativa provista por el colectivo Intercambios Puerto Rico, que trabaja con atajar la situación de la adicción de drogas en la calle e invitan a sus participantes a cambiar su vida, consumir ‘Popu’ afecta el cerebro con múltiples efectos: alteración de la percepción, episodios psicóticos como delirios, pensamientos desorganizados, ansiedad extrema, confusión, paranoia y alucinaciones. Además, produce aumento de pulsaciones, vómitos y puede afectar la presión sanguínea y provocar que disminuya el flujo de sangre hacia el corazón. En casos extremos, como el de Amaurys, puede provocar la muerte.

“Una de mis preocupaciones es que la juventud crea que esto tiene elementos naturales y por eso se puede consumir. No todo lo natural es beneficioso. La heroína, la cocaína, provienen de de plantas naturales, pero tienen efectos adversos. Estos canabinoides no vienen del cannabis como tal, y tienen efectos muy, muy adictivos. Al consumirlos están poniendo su vida en riesgo”, destacó, convocando a que busquen más información sobre esta y otras drogas en las páginas web del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés).

“El riesgo no vale la pena”, finalizó el doctor Bloom.

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