Uno de los sindicatos ferroviarios más grandes votó a favor de rechazar un contrato negociado por la Casa Blanca, acercando una vez más a Estados Unidos a una huelga ferroviaria que podría paralizar gran parte de la economía antes de las festividades navideñas, según anunciaron funcionarios sindicales.
Una huelga ferroviaria nacional podría amenazar los envíos de carbón, el suministro de agua potable y el cierre de trenes de pasajeros. La economía de Estados Unidos podría perder $2 mil millones diarios si los trabajadores de los trenes se declaran en huelga.
El sindicato que representa a los conductores ferroviarios, SMART Transpostation Division, votó en contra del acuerdo. La Hermandad de Ingenieros de Locomotoras y Treneros anunció el lunes que había votado para ratificar el acuerdo. Estos sindicatos representan a 57,000 trabajadores y son los más grandes y políticamente más poderosos del grupo.
Los principales conflictos son las políticas de asistencia y licencia por enfermedad.
Trabajadores de siete de los 12 sindicatos ya votaron para aprobar sus contratos. Pero en las últimas semanas, tres sindicatos rechazaron sus contratos y están nuevamente en negociaciones.
A menos que intervenga el Congreso, o que los sindicatos y los transportistas lleguen a un nuevo acuerdo, los trabajadores podrían imponer un cierre e irse a huelga justo después de la medianoche del 5 de diciembre.
Si alguno de los sindicatos no aprueba el nuevo acuerdo antes de la fecha límite para la huelga, es probable que todos los sindicatos se muevan en solidaridad, provocando un paro laboral en toda la industria.
Según la Ley de Trabajo Ferroviario de 1926, el Congreso puede intervenir en el caso de una huelga ferroviaria para imponer un contrato a los ferrocarriles para bloquear o detener una huelga ferroviaria.
Fuente: The Washington Post
