Reclaman a Salud transparencia en la divulgación de datos del COVID-19

La demógrafa Wilmarí de Jesús y el exanalista de datos Danilo Pérez (de espaldas).

La decisión del Departamento de Salud (DS) de abandonar la publicación de informes periódicos sobre el COVID-19 impide que la población tome medidas y decisiones informadas para protegerse del avance de la pandemia, aseguraron tres exfuncionarios de la agencia.

No es solo la falta de publicación de reportes, Salud adoptó un nuevo tablero de datos que dificulta el acceso a información de salud pública esencial en medio de la crisis salubrista.

Por eso, la demógrafa Wilmarí de Jesús Álvarez, la epidemióloga Fabiola Cruz López y el analista de datos Danilo Trinidad Pérez Rivera reclamaron a Salud mayor transparencia en la divulgación de datos del virus.

Hoy, durante una extensa vista de la Comisión cameral de Salud, que estudia la reestructuración del área de epidemiología de la agencia que desembocó en una larga lista de renuncias, también quedaron al descubierto las profundas grietas filosóficas entre el equipo de trabajo que armó el pasado secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, más dado a una estructura de trabajo horizontal y colaborativa, y el equipo del actual secretario Carlos Mellado López, más dado a una estructura jerárquica y de concentración de la toma de decisiones.

González Feliciano encaminó la primera etapa de la pandemia, que llevó al gobierno a establecer un toque de queda entre otras medidas restrictivas, mientras que Mellado López timonea la fase de la vacunación contra el peligroso virus y el regreso a la ansiada normalidad.

“Esta serie de acciones de no divulgar estadísticas, de publicar nuevos parámetros sin discusión previa y eliminar la rendición de cuenta establecida como base
primordial de este proceso fue lo que causó mi salida y la de mi equipo de trabajo del Departamento de Salud”, afirmó de Jesús Álvarez, quien dirigió la Oficina de Modelaje Matemático y Análisis Estadístico de Salud hasta el 14 de junio.

En su testimonio, de Jesús Álvarez detalló instancias de improvisación en el manejo de la elaboración de los protocolos y guías para el regreso escalonado a las clases presenciales en marzo pasado. Por ejemplo, el Ejecutivo anuncio el retorno a las aulas antes de que existiera un protocolo para evitar la propagación del virus en las escuelas públicas y privadas. La Oficina de Epidemiología e Investigación, que dirige la epidemióloga Encijar Hassan Ríos, debió elaborar ese documento, pero la responsabilidad recayó sobre de Jesús Álvarez, quien creó el Bioportal o herramienta de recopilación de datos que creó la agencia para seguirle el paso al virus.

De Jesús Álvarez explicó que ese protocolo uniforme para las escuelas públicas y colegios privados tomaba en cuenta los hallazgos del informe de transmisión comunitaria, que servía de guía para el cierre o apertura de las escuelas y colegios cuando se identificaba un brote o un alto nivel de transmisión en el municipio, donde estaba ubicada la escuela.

Pero en un cambio de dirección, que se informó pero que no se explicó al equipo que desarrolló el protocolo de las escuelas, Salud decidió dejar de publicar el informe de transmisión comunitaria, que publicó por última vez el 28 de abril. El informe de rastreo de casos de covid dejó de publicar el 18 de mayo y el informe de los contagios en los centros de envejecientes cesó el 23 de mayo.

“Esa reevaluación estaría a cargo de los doctores José Becerra (López) y Miguel Valencia Prado”, afirmó sobre los funcionarios a cargo de los cambios.

Hace dos semanas, el epidemiológo Becerra López salió abruptamente de Salud tras denunciar que la imagen del gobernador y del propio secretario de Salud iban por encima de la comunicación de salud pública.

De Jesús Álvarez afirmó que la decisión de dejar de publicar los informes eliminó la visibilidad que necesitan los ciudadanos para tomar decisiones.

“La experiencia que tuve con mi equipo de trabajo es que el informe de transmisión comunitaria nos permitía tener una idea antes de que llegáramos al pico (de contagios) y ciertamente con el sistema pudimos identificar dos semanas antes cuando el pico más alto iba a ocurrir”, apuntó la demógrafa.

Cruz López, que participó en la vista de manera virtual, insistió en la necesidad de retomar la práctica de publicar los informes particularmente en medio de ese repunte de casos de COVID-19 causados por la variante Delta.

“Es necesario (el informe) porque lo que está pasando en la comunidad se va a reflejar en las escuelas. Nuestros niños no están en una burbuja. Después de las 3:00 p.m. ellos regresan a sus comunidades y lo que está pasando se va a reflejar en las escuelas”, apuntaló.

“Esa es una de mis grandes preocupaciones ahora mismo que tenemos un nivel de transmisión demasiado alto, que no se está controlando. Esto va a pasar a las escuelas por más protocolos que tengamos. Vamos a ver que comienzan a cerrar escuelas, que es lo que estamos viendo. Algunas veces se cierran sin el criterio epidemiológico simplemente por el miedo que se está generando al no tener esa información disponible y al no identificar todos estos riesgos que pudiesen estar asociados”, abundó.

Cruz López estableció el Sistema Municipal de Investigaciones de Casos y Rastreo de Contactos, que se convirtió en la columna vertebral de la respuesta del estado durante la primera etapa de la pandemia. Salió de Salud en febrero pasado.

Tanto Cruz López como de Jesús Álvarez aseguraron que el informe de transmisión comunitaria no tenía como meta ulterior el cierre de las escuelas, como plantean los detractores de ese reporte, sino que ofrecía datos concretos para la toma de decisiones. El nuevo protocolo, adoptado en julio pasado, descartó la transmisión comunitaria como un criterio para abrir o cerrar escuelas.

“La salud pública es responsabilidad de todos y para que sea de todos tenemos que empoderar la población también con la información que tenemos. En la medida que tenemos al gobierno no tome una decisión a nivel poblacional porque no necesariamente afecta en todos los municipios. A nivel personal o comunitario se pudiesen tomar otras medidas si las personas tuviesen esa información accesible”, insistió Cruz López.

Pero los señalamientos más severos los realizó Pérez Rivera, el ex principal analista de datos del Sistema Municipal de Investigaciones de Casos de Salud.

El ahora director ejecutivo de la Coalición de Salud de Puerto Rico (Cosaco) indicó que la visión en la agencia cambió con la nueva administración que adoptó la posición del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de abrir las escuelas en los primeros 100 días de su administración.

También señaló que la agencia mantiene un juego semántico cuando asegura que los datos de covid están accesibles en el portal, pero descartó los informes que permitían una mirada integral de la situación.

“Una cosa es que el dato esté disponible y otra es que el dato esté accesible”, apuntó Pérez Rivera.

“El que exista un ‘dashboard’ que contenga estos datos procesados de una manera particular para apoyar una narrativa particular limita la accesibilidad de esa información”, agregó.

El mes pasado, la agencia comenzó a divulgar en su tablero las estadísticas promedio argumentando que ofrecen un mejor cuadro de situación.

Ante estos cambios y la falta de informes, la Asociación de Periodistas y el Overseas Press Club establecieron una alianza con Cosaco para preparar y divulgar el informe con los datos diarios.

“Puede ser que la clase anterior tiene una visión administrativa que no está acostumbrada a la información descentralizada donde todo se sabe. Están acostumbrados a que se pueden decir ciertas cosas y mientras haya disciplina de fila lo demás no se va a decir. Así que para contestar tú pregunta, sí creo que hay una diferencia generacional, pero no creo que sea porque ellos son viejos y nosotros seamos jóvenes, sino de quien está modernizado en su entendimiento de la política pública”, respondió Pérez Rivera ante una pregunta del representante Jesús Manuel Ortiz González.

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