El infectólogo Miguel Colón mencionó que antes uno de los tres hospitales donde labora recibía 5,000 reactivos semanales para la realización de pruebas del virus y desde hace varias semanas, sin embargo, la cifra se redujo a 1,000.
“No estamos críticos, pero tampoco boyantes. Estamos casi semana por semana y seguimos en una meseta (de casos del virus). Si viene otra ola, nos ahogamos”, dijo.
Ante esta situación, señaló que los hospitales han tenido que controlar el uso de ciertos materiales de alta demanda.
“Tenemos mucho problema con los guantes. Son bien difícil de conseguir, especialmente los de vinilo que quedan más apretados. Hay escasez (nacional)”, reiteró.
